EU pide a México revisar espectro radioeléctrico
El gobierno de Estados Unidos añadió a la cada vez más abultada agenda de temas espinosos en la relación comercial bilateral con México, el costo del espectro radioeléctrico que cobra a los operadores de telecomunicaciones.
La embajadora Katherine Tai, representante comercial de EU, incluyó el costo del espectro radioeléctrico en la lista de preocupaciones de ese país, durante su reunión con la secretaria de Economía, Raquel Buenrostro.
La funcionaria estadunidense remarcó los incumplimientos de México ante el T-MEC.
Lo hizo ayer, durante el inicio de la tercera reunión de la comisión de Libre Comercio (FTC) del Acuerdo México, Estados Unidos, Canadá (USMCA).
Tai enfatizó la importancia de que México cumpla plenamente con sus compromisos en el T-MEC
Incluidos los relacionados con ciertas medidas energéticas de México, la aplicación de sus leyes ambientales, relacionadas con la pesca y las medidas de biotecnología.
Además expresó su preocupación por la incertidumbre regulatoria que enfrentan los proveedores de servicios de pago electrónico de EU en México y la metodología de tarifas de espectro de México.
Tai y Buenrostro discutieron la importancia de que México mejore su monitoreo de sus exportaciones de productos de acero y aluminio a EU de acuerdo con la Declaración Conjunta del 2019 de los Estados Unidos y México sobre los aranceles de la sección 232 sobre el acero y el aluminio y garantice una mayor transparencia con respecto a las exportaciones de México y sus importaciones de tales productos de otros países.
En cuanto al tema del espectro, incluído en la agenda, cabe recordar que en días previos 15 organizaciones que engloban a las grandes industrias manufactureras, exportadoras y de comercio como la Alianza para el Cumplimiento del Comercio (AFTE por sus siglas en inglés), la Cámara de Comercio de Estados Unidos, la Asociación Nacional de Manufactureros y el Consejo de Pequeños Negocios y Emprendedores, enviaron una carta a la embajadora Tai en la que acusan la falta de competencia en el sector de telecomunicaciones en México.
Subrayaron la necesidad de que el gobierno de México realice una reforma en materia de costos del espectro radioeléctrico porque a la fecha, las tarifas de espectro distorsionan el mercado a favor del agente económico preponderante.
Como le anticipé en este espacio, el sector de las telecomunicaciones venía en el paquete de papas calientes en la relación bilateral. Al tiempo.
Atisbos
Resulta que el presidente Andrés Manuel López Obrador finalmente sí podría quedarse con la marca de la extinta aerolínea nacional Mexicana de Aviación.
Ya es posible cumplir el capricho presidencial de utilizar la emblemática marca de la aerolínea quebrada. Ayer se “desatoró” el problema legal que lo impedía.
El primer tribunal colegiado de circuito en materia de trabajo negó un recurso de amparo contra el proceso de compra-venta de los activos de la extinta Mexicana de Aviación al gobierno federal, lo que abrió el camino para que la operación se concrete.
Ahora la pelota está en la cancha presidencial. El gobierno lopezobradorista tendrá que decidir, si espera o no, los 20 días que tienen que transcurrir para que la resolución del tribunal “se protocolice”, de acuerdo con la expectativa de la Asociación de Jubilados, Trabajadores y Extrabajadores de la Aviación Mexicana (Ajteam).
El pasado miércoles, el presidente López Obrador dio a entender que ya no compraría la marca de Mexicana de Aviación e incluso dijo que su gobierno ya había registrado varias marcas, entre ellas Aerolíneas Maya.
Su intención es comenzar a operar una aerolínea comercial, que estará a cargo del Ejército Mexicano y que comience a funcionar en diciembre de este año.
El ejército tendrá su propia aerolínea y la Secretaría de Marina controlará 7 aeropuertos, entre ellos el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM).
Por cierto que en las próximas semanas o días está por definirse el esquema que utilizará la Secretaría de Hacienda, de Rogelio Ramírez de la O, para transferir el AICM a la Semar pero sin la obligación de seguir cumpliendo con el pagado de los bonos Mexcat, con el cobro y transferencia de la Tarifa de Uso Aeroportuaria (TUA).