El INSÓLITO caso de Isaac Newton, cambió el mundo en medio de una cuarentena
A las orillas de Cambridge, en Inglaterra, Isaac Newton pasó su cuarentena, fue ahí donde cambió el mundo resolviendo algunos problemas.
Cuando la Gran Peste de Londres arrasó la ciudad británica en 1665, Isaac Newton era estudiante en el Trinity College de Cambridge. Unos meses después de obtener su título universitario en la primavera de ese año, el joven de 23 años se retiró a la granja familiar de Woolsthorpe Manor para pasar su cuarentena, a unas 60 millas al noroeste de Cambridge.
Isaac Newton hizo un insólito cambio en el mundo
Él se encontraba seguro de los portadores de la horrible peste, enfermedad que estaba acabando con la población de la ciudad, el tipo de ambiente permitió que Newton viajara, sin interrupciones, hasta los confines más lejanos de la ciudad. Este período ahora se conoce como annus mirabilis , el «año de las maravillas».
En primera trabajó en las matemáticas que habían involucrado sus agudezas mentales hasta que fue excluido de Trinity. El problema en cuestión era determinar ecuaciones universales que involucraran cantidades fluctuantes, un tema que había sido abordado, en una escala limitada, por los matemáticos franceses René Descartes y Pierre de Fermat.
A fines de 1666, Newton había resuelto efectivamente este problema con una serie de documentos sobre las reglas de las «fluxiones», ahora conocidas como cálculo.
Newton dirigió su atención al estudio de la óptica, y la sabiduría predominante de que cada color en el espectro era una mezcla de luz oscura y blanca. Realizó un experimento en el que perforó un pequeño orificio en el obturador de la ventana de su habitación, interceptó el rayo de luz resultante con un prisma y luego colocó un segundo prisma en el camino de esos rayos refractados.
El panorama resultante permitió a Newton calcular el ángulo de cada color refractado. Más importante aún, reveló que el flujo de colores no cambió: prueba de que los colores no eran modificaciones de la luz blanca, sino que la luz blanca se compone de todos los componentes del espectro.
Finalmente, este fue el período que dio origen a la leyenda newtoniana de la manzana que cae y el golpe en la cabeza que condujo a la deducción de la gravedad. Las cosas no se desarrollaron exactamente de esa manera, pero Newton llegó a pensar en los principios de la inercia y cómo se evita que una manzana en el aire, o cualquier objeto, salga volando de la Tierra giratoria hacia el espacio.
Decidió que la fuerza que empuja la manzana hacia abajo debe ser la misma que empuja la luna hacia la Tierra. Además, la luna también debe aplicar esa misma fuerza de atracción hacia la Tierra, aunque en menor escala. Esto condujo a la ley de la gravitación universal, que sostiene que esas fuerzas son proporcionales al producto de sus masas e inversamente proporcionales al cuadrado de la distancia entre ellas.
No logró que sus cálculos funcionasen en ese momento: tuvo más éxito en este esfuerzo años más tarde, antes de la publicación en 1687. El insólito caso de este físico cambió el mundo para siempre.
Mientras tanto, la plaga mortal disminuyó en la primavera de 1667, allanando el camino para que Newton regresara a Cambridge y demostrara que los cambios inesperados en su estilo de vida durante esos días oscuros de Inglaterra, a su vez, cambiarían el resto del mundo para siempre.