La gripe de López Obrador era covid-19
El líder mexicano da positivo a una prueba de coronavirus horas después de participar en una rueda de prensa sin mascarilla y con evidentes síntomas de contagio.
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), ha dado positivo a covid-19 coincidiendo con la nueva ola de contagios que atraviesa el país. Se trata de la segunda vez que el mandatario de 68 años, conocido por restar gravedad a la pandemia, contrae la enfermedad. Horas antes de confirmarse la noticia, AMLO compareció ante los medios sin mascarilla y con la voz ligeramente afónica alegando que «amanecí ronco, me voy a hacer la prueba más tarde, pero yo creo que es gripe». Finalmente las sospechas del presidente se han demostrado erróneas y ahora deberá guardar cuarentena mientras el secretario de Gobernación, Adán Augusto López, asume temporalmente sus funciones.
«Informo a ustedes que estoy contagiado de covid-19 y aunque los síntomas son leves, permaneceré en aislamiento y solo realizaré trabajo de oficina y me comunicaré de manera virtual hasta salir adelante», ha escrito López Obrador en sus redes sociales para confirmar la noticia. Por el momento se desconoce si hay otros miembros del Gabinete afectados, aunque se sospecha que el origen del contagio estuvo en la reunión que mantuvieron la semana pasada el presidente mexicano y la secretaria de Economía, Tatiana Clouthier, también infectada.
El presidente mexicano ya se había contagiado de coronavirus en enero del año pasado, coincidiendo con otro pico de la pandemia. En esa ocasión compartió el confinamiento en su domicilio del Palacio Nacional con su esposa, Beatriz Gutiérrez Muller, y con su hijo menor. A pesar de que ya cuenta con tres dosis de la vacuna y que los síntomas son leves, la salud del presidente preocupa especialmente por su avanzada edad y porque tiene problemas del corazón: es hipertenso y en diciembre del 2018, meses antes de asumir la Presidencia, sufrió un infarto. En el caso de que la enfermedad incapacite al jefe del Estado, la Constitución mexicana establece que debe ser el secretario de Gobernación, equivalente al ministro del Interior, quien asuma sus funciones.
A los mensajes de apoyo extendidos por la mayoría de aliados y rivales políticos se han unido también las críticas de quienes consideran negligente la actitud de un presidente que este lunes compareció ante los medios contraviniendo todos los protocolos dictados por las autoridades sanitarias: en vez de aislarse tras detectar los primeros síntomas, mantuvo su agenda inalterada y respondió a las preguntas de los periodistas sin mascarilla. AMLO ha protagonizado múltiples polémicas durante en los últimos meses por restar gravedad a la pandemia, desde recomendar «estampitas de santos» para protegerse del virus, hasta resistirse a usar la mascarilla en actos públicos o animar a la gente «a no dejar de reunirse», cuando el país atravesaba momentos críticos en la lucha contra el coronavirus.
El positivo de López Obrador llega mientras México afronta una nueva ola de contagios alimentada por el avance de ómicron, las reuniones navideñas y la falta de medidas restrictivas. Recientemente se rebasó la barrera de las 300.000 muertes, situándose como el quinto país a nivel mundial en número de víctimas. El Instituto Nacional de Estadística asegura que existe un importante subregistro en el conteo oficial de fallecidos y eleva esa cifra hasta las 520.000. El pasado sábado, las autoridades confirmaron un nuevo récord de contagios diarios con 30.671. A pesar de que la vacunación está avanzando a buen ritmo (el 88% de la población tiene al menos una dosis), la falta de pruebas y la saturación de algunos hospitales de la capital confirman un escenario mucho más pesimista del que vaticina el presidente López Obrador.