5 consejos para evitar el ‘dolor de caballo’
El Jefe de Medicina Interna del Instituto Mexicano del Seguro Social en Yucatán, César García, comparte recomendaciones para evitar esta afección al hacer ejercicio.
Entre los propósitos de año más populares está el llevar una vida más sana y hacer ejercicio; sin embargo, hacer ejercicio intenso sin condición puede provocar que se presenten afecciones como el flato, mejor conocido como ‘dolor de caballo’.
El flato es descrito como una dolencia incómoda que suele situarse entre el músculo diafragma, pecho y abdomen, de acuerdo con el Jefe de Medicina Interna del Seguro Social en Yucatán, César García.
Esta afección es una respuesta a la acumulación de gases en el tubo digestivo o al déficit de sangre en la zona y normalmente aparece al realizar un sobreesfuerzo o actividad física, como correr, levantar objetos pesados o subir escaleras, especialmente si no se ha hecho un calentamiento previo o no se realiza ejercicio habitualmente.
Por ello, aquí están unos consejos para evitar o calmar esta afección:
Controla el ritmo de tu respiración. Cuida la forma en que respiras para que favorezca la propia función del diafragma.
Aliméntate sanamente y con anticipación. Come con suficiente tiempo antes de ejercitarte, aproximadamente dos o tres horas, y no abuses de alimentos con mucha sal, azúcar y grasas.
Hidrátate adecuadamente. Si bebes algún líquido mientras haces deporte, hazlo a pequeños sorbos y no tomes bebidas con gas.
No excederse con el ejercicio. El flato se da mayormente en personas con mala condición física que hacen ejercicio o esfuerzos considerables, además, la inexperiencia de la persona que comienza a realizar una actividad deportiva lo lleva a cometer esfuerzos excesivos e innecesarios que se relacionan con dolor muscular o articular, fatiga, deshidratación y otras molestias.
Respira con la boca cerrada. Hay estudios en los que se señala que el ‘dolor de caballo’ se presenta más en personas que respiran con la boca abierta al momento de ejercitarse y realizan cambios de ritmo durante la realización del ejercicio.
Si se presenta el ‘dolor de caballo’ lo recomendable es parar la actividad, flexionarse hacia delante y presionar, masajeando las zonas con dolor. También ayuda respirar muy profundamente.